Seleccionar página

La creciente presión fiscal de China sobre los ultrarricos

A medida que se agravan los problemas económicos de China, el gobierno chino está aplicando nuevas estrategias para revitalizar su economía. Una de las iniciativas más sonadas es la medida de imponer nuevos impuestos sobre las ganancias de las inversiones en el extranjero de los ultrarricos. Este esfuerzo forma parte de una estrategia más amplia de Chinapara reducir la desigualdad de la riqueza y, al mismo tiempo, recaudar unos ingresos muy necesarios en medio de una economía en desaceleración. Centrada en las personas con un elevado patrimonio neto, esta política pretende centrarse en las ganancias de las inversiones en el extranjero, remodelando el panorama de los ciudadanos más ricos del país y de los inversores extranjeros.

El estímulo de 846.000 millones de dólares: ¿Un arreglo temporal?

En medio de las preocupaciones económicas, China anunció un estímulo masivo de 846.000 millones de dólares destinado a revitalizar su economía. El plan se centra en las infraestructuras, incluida la vivienda y los proyectos públicos, para estimular la demanda. Sin embargo, muchos expertos creen que puede no ser suficiente para abordar problemas más profundos en el sector privado y el mercado inmobiliario. Según datos de diciembre de 2023, las ventas de viviendas ya se habían contraído, con un volumen de ventas que descendió a unos 80 millones de metros cuadrados, en comparación con los máximos anteriores durante el boom inmobiliario chino. Los precios inmobiliarios también se enfrentan a una presión a la baja, ya que persiste la preocupación por la salud financiera de los promotores y los proyectos inacabados.

Una mirada más atenta a las nuevas políticas fiscales

En virtud de esta nueva iniciativa fiscal, China se centra específicamente en las ganancias procedentes de inversiones en el extranjero realizadas por personas ultra ricas. La focalización en este grupo es notable porque estos ciudadanos suelen realizar grandes inversiones fuera de China, beneficiándose de paraísos fiscales y jurisdicciones con impuestos más bajos. La estructura impositiva podría contemplar capas adicionales del impuesto sobre la renta sobre los beneficios de las inversiones en el extranjero, que oscilarían entre el 20% y el 45%, dependiendo de los tramos de renta específicos y de los tipos de inversiones de que se trate. Esto supone un cambio significativo en la política fiscal de China, ya que históricamente los ingresos procedentes del extranjero estaban menos controlados. Se espera que el cambio aporte miles de millones a las arcas del Estado, y los expertos calculan que los ingresos fiscales procedentes de las personas ricas aumentarán al menos un 10%.

¿Por qué ahora? El contexto político y económico

El momento de esta política es crucial. La economía chinaha tenido dificultades en 2023, con un descenso de las exportaciones debido a los cambios en la cadena de suministro mundial y a la menor demanda de mercados clave como Estados Unidos y Europa. En el sector de la vivienda, las inversiones han seguido ralentizándose, y algunos analistas prevén que las ventas inmobiliarias de Chinapodrían reducirse otro 10% en 2024. Este telón de fondo de incertidumbre económica está empujando al gobierno a buscar fuentes alternativas de ingresos. Gravando las ganancias en el extranjero, China pretende aliviar la presión fiscal, especialmente dados sus fuertes compromisos de gasto público.

Impacto en los inversores globales y las empresas

Esta política tiene importantes implicaciones tanto para los inversores chinos como para las empresas mundiales. Los ciudadanos chinos ultra-ricos han sido actores clave en los mercados inmobiliarios mundiales, los bienes de lujo y las carteras de inversión. Con la introducción de nuevos impuestos, podríamos asistir a una ralentización de las actividades de inversión en el extranjero. Por ejemplo, regiones como Europa, donde los compradores chinos han dominado históricamente el mercado inmobiliario de lujo, podrían ver reducida su demanda. En ciudades como Londres, París y Nueva York, esto podría provocar una suavización de los precios en los sectores inmobiliarios de gama alta. Además, sectores como el tecnológico, en el que el capital riesgo chino ha desempeñado un papel vital, podrían sufrir una reducción de las entradas procedentes de China.

La brecha de riqueza y la reacción pública

La motivación del gobierno chino para imponer este impuesto está profundamente ligada a la presión política interna. Dado que la desigualdad de la riqueza es cada vez más preocupante, se calcula que el 1% más rico del país posee más del 30% de la riqueza total de China. Este nuevo impuesto se alinea con el impulso del presidente Xi Jinping a la “prosperidad común”, que pretende abordar la desigualdad gravando a los segmentos más ricos de la sociedad. Aunque la opinión pública apoya en gran medida estas medidas, es probable que las personas más ricas encuentren formas de mitigar estas obligaciones fiscales mediante la planificación fiscal en paraísos fiscales y la reestructuración de sus carteras.

La opinión de Fidelity International sobre las oportunidades de renta fija en Asia

A pesar de estos vientos en contra, algunos sectores de China siguen resistiendo. Expertos como Vanessa Chan, de Fidelity International, señalan las oportunidades de renta fija en Asia como un punto brillante, sobre todo en los países que se están beneficiando de la ralentización del crecimiento chino. A medida que China vaya gravando los ingresos procedentes del extranjero, muchos inversores adinerados podrían decantarse por bonos e instrumentos de renta fija nacionales para proteger su capital. Además, los crecientes sectores de la tecnología y los vehículos eléctricos (VE) en China presentan otras oportunidades para los inversores locales y extranjeros.

¿Un punto de inflexión para la economía china?

La medida de gravar a los ultrarricos por las ganancias de las inversiones en el extranjero podría marcar un punto de inflexión en la estrategia económica de China. Con la ralentización del crecimiento, el aumento de la desigualdad y la presión para aumentar los ingresos públicos, esta política fiscal podría remodelar la forma en que los más ricos de China invierten en todo el mundo. Para las empresas y los inversores extranjeros, comprender estos cambios será fundamental para navegar por el cambiante panorama económico chino. Aunque aún está por ver el impacto total del impuesto, está claro que el nuevo planteamiento de China señala una postura más agresiva en la gestión de su distribución de la riqueza y su salud fiscal. A medida que se desarrolle la situación, tanto los actores nacionales como los internacionales tendrán que adaptarse al nuevo entorno normativo, lo que lo convierte en un momento crucial para los ultrarricos chinosy los mercados mundiales en los que influyen.

Esta comunicación tiene carácter meramente informativo. Damalion se centró en asesorar a las familias para preservar su patrimonio, identificando oportunidades y retos. Póngase en contacto con su experto en Damalion