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El 20 de enero de 2025, Donald Trump juró oficialmente su cargo como 47º Presidente de Estados Unidos, lo que supuso un histórico regreso a la Casa Blanca tras su mandato inicial de 2017 a 2021. La ceremonia de investidura se celebró en el interior de la Rotonda del Capitolio debido a las gélidas condiciones meteorológicas, y el presidente del Tribunal Supremo de EE.UU., John Roberts, prestó juramento al cargo. El regreso de Trump al poder no tiene precedentes, ya que ha superado anteriores procesos de destitución, acusaciones penales e incluso intentos de asesinato. Su toma de posesión supone un cambio significativo en la política estadounidense, ya que el Partido Republicano controla ahora la Cámara de Representantes, el Senado y un Tribunal Supremo de tendencia conservadora. Se espera que esta consolidación del poder facilite la rápida aplicación de su programa político. En su discurso de investidura, el presidente Trump hizo hincapié en una visión del futuro de Estados Unidos, centrada en las reformas económicas, la seguridad nacional y la política exterior. Prometió actuar con “rapidez y fuerza históricas” para hacer frente a los retos de la nación, lo que supone un cambio con respecto a las políticas de la administración anterior. La agenda de Trump incluye frenar la inmigración, imponer aranceles y hacer retroceder las iniciativas climáticas y sociales. A la toma de posesión asistieron figuras notables, como los líderes de la industria tecnológica Elon Musk, Mark Zuckerberg y Jeff Bezos, lo que pone de relieve la posible colaboración de la administración con los sectores tecnológico y empresarial. Su presencia subraya la evolución de la relación entre el gobierno y la industria privada en la configuración de las políticas nacionales. El presidente saliente , Joe Biden, participó en los procedimientos tradicionales, dejando una carta para el presidente Trump y concediendo indultos de última hora a varias personas, incluidos miembros de su familia y figuras clave implicadas en el comité restringido del 6 de enero. Estas acciones reflejan la complejidad de la transición política y las profundas divisiones existentes en el país. A medida que el presidente Trump se embarca en su segundo mandato, la nación y el mundo observan atentamente para ver cómo su administración navegará por el complejo panorama de los asuntos internos e internacionales. Los próximos años están preparados para ser transformadores, con políticas que podrían tener repercusiones duraderas en Estados Unidos y en su papel en la escena mundial.